Qué buscan ellas en una relación cuando pasan de los 50



La comunicación y la intimidad cobran mayor importancia en la vida romántica de las mujeres cuando pasan de los 50 años, mientras que su sexualidad, lejos de extinguirse, se diversifica.
Tal y como explica el doctor José Osvaldo Reyes, psicólogo y terapeuta sexual certificado. “Después de los 50, la mujer es más independiente, ha superado mitos sobre el género y no busca perder su tiempo lidiando con la inseguridad de posibles candidatos”.




“Físicamente suele irrumpir la reducción en la producción de hormonas de estrógeno y progesterona a causa de la menopausia, lo que podría reducir el deseo sexual. En este sentido, para las mujeres después de los 50 la sexualidad es importante, pero no constituye el foco central de la búsqueda de una pareja. Pueden disfrutar el compartir sexual de forma adecuada, pero como parte de un proyecto sexo-afectivo más amplio, se van cultivando expectativas más centradas en la intimidad y el compromiso”, indica.

A la vez, pueden identificar con mayor facilidad la falta de seriedad en una relación y salir de ella sin tanto rodeo. “Desarrollan un agudo radar para detectar la falta de seriedad en la relación y suelen tener una punzante asertividad para dejarte saber: ‘Hey! No estoy para jugar. Adios…’. No hablamos de que andan desesperadas queriendo formalizar algo de inmediato, sino que desean gozar de la plenitud de una relación sin las distracciones o responsabilidades que la juventud y las edades previas acarrean”, aclara el especialista. Una responsabilidad de la que se liberan es la de planificar o evitar embarazos, lo que le permite centrarse más en la búsqueda de placer, entrega, afectividad.

Para muchas llega el momento de tomar decisiones respecto a la vida en pareja. “La independencia psicológica y social ganada le facilita establecer el tipo de relación que quiere, ya sea un matrimonio, cohabitación o una relación con el compromiso que ello amerita, pero tú en tu casa y yo en la mía. Para algunas el tener pareja puede representar una amenaza a esa independencia, por lo que tienden a controlar más los procesos de formalización”, apunta Reyes.

Aclara que las relaciones románticas también pueden levantar pasiones en esta etapa de la vida. “Luego de los 50 las parejas pueden experimentar una etapa de ‘limeranza’ (término acuñado por la psicóloga Dorothy Tennov para describir la etapa de locura que provoca el enamoramiento) explosiva. Por eso nos gustó tanto la película de ‘Elsa y Fred’, pero lo deseado trasciende lo físico y se torna más afectivo e íntimo”, ilustra.

Cuando existe una relación de pareja, las necesidades pueden variar en comparación a cuando se está soltera y sin compromiso. “Las solteras que inician una nueva relación cargan con el reto repentino de conocer a su nueva pareja en múltiples dimensiones y ello suele tomar tiempo, mucho diálogo y solidificarse con la convivencia.  Esto podría ser novedoso y vibrante o muy agotador, dependerá de cada persona.

En cambio, en relaciones ya constituidas, las expectativas de la pareja al pasar los 50 suelen ser adaptativas y no abruptas. Lo esperado por la mujer a esa edad se ha ido manifestando o no, durante años de cohabitación. Mientras la sexualidad posiblemente va perdiendo centralidad en sí misma para ella, simultáneamente va extendiendo su valor como modo de expresión amorosa, afectiva, de comunicación y entrega. Se ha probado que en las mujeres con relaciones de larga duración y estables, el ciclo de respuesta sexual se altera para satisfacer aspectos emocionales”, indica.
Las necesidades siguen evolucionando con la edad. “No es lo mismo la búsqueda de pareja a los 50, que a los 65. Recordemos que, además de los cambios físicos, la mujer puede enfrentar experiencias como el nido vacío o la viudez y la búsqueda de pareja aspira primordialmente a satisfacer necesidades psicológicas. La compañía, el diálogo, viajar, el compartir momentos de esparcimiento y el cuidado mutuo se convierten en ese objeto deseado”, especifica el terapeuta.

Es importante tener en cuenta, que la realidad sexual de los varones también cambia. De acuerdo con el doctor, la diferencia es que ellos experimentan merma hormonal progresiva, no abrupta como en el caso de las féminas.

Conformarse no suele ser opción cuando se busca el disfrute de una vida plena. Por ello es importante consultar con fisioterapeutas como ginecólogos para determinar qué terapia es mejor, y terapeutas de pareja que faciliten la comunicación y ayuden a disipar temores.

“Esos cambios no nos deben asustar, debemos tomar las medidas porque son parte del ciclo natural del desarrollo y no hay que tenerle miedo, simplemente ilustrarse y prepararse”, aconseja.


Fuente: laopinion.com

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